Sus creadores, los hermanos Russo, artistas y diseñadores polifacéticos, utilizan diferentes lenguajes, desde el dibujo a la escultura o desde la fotografía a las instalaciones. Su trabajo se basa en el ser humano, en el cuerpo, pero sobre todo en los procesos perceptivos y su investigación parte del ojo, principal órgano sensorial.
La creación de herramientas para potenciar los sentidos, para ser vividos o usados es la clave de su dedicación, haciendo que cada objeto se convierte en un símbolo, una metáfora de reflexión para una evolución continua.